viernes, 1 de septiembre de 2017

Nuestro segundo año

Los cuatro entraron pesadamente, Harry y Ron se dejaron caer de cara a sus respectivas camas mientras las chicas se acercaron a los pies de las mismas.
— ¿Y? ¿Qué piensan?- rompió el silencio Ginny mientras se sentaba cruzada de piernas en la cama de Harry.
Hermione imitando la posición de Ginny en los pies de la cama de Ron suspiró. Es que era una locura, un día estaba en la casa de sus padres y al otro recibía una carta de su director avisándole que iban a ir a recogerla. Tenía suerte que sus padres eran abiertos con todo lo referente a la magia y que aparte el profesor y el señor Weasley les habían caído muy bien.
— Yo estoy confundido- dijo Harry levantando la cara de la almohada y clavando su mirada en su amiga- no entiendo como es esto, tenía entendido que no se podía alterar el pasado.
No quería mencionar lo del giratiempo frente a Ginny, no es que no confiara, pero no era su secreto después de todo.
— Según lo que dijo el profesor Dumbledore técnicamente no se está cambiando el pasado, ni alterando el futuro en sí, si no que se está creando un futuro nuevo- Hermione quedó un rato en silencio acomodando sus ideas- es como si se creara dos realidades, una es la realidad donde vivimos todo lo que sucedió en los libros y otra es ésta. Ósea las personas que mandaron los libros no están cambiando nada de su realidad, no los beneficia a ellos.
Ginny quién había estado escuchando a Hermione apoyó su barbilla en su mano pensando.
— Es que si ellos cambiaran algo de su futuro, ¿Ocasionaría una paradoja no?- preguntó.
Ron saliendo de su letargo se puso de costado mirando con extrañeza a su hermana.
— ¿Para- qué?
— Paradoja, Ronald- aclaró Hermione rodando los ojos- significa que si los que nos enviaron estos libros cambiaran su pasado y mejoraran su propio futuro ya no hubiesen tenido motivos para mandarlo en primer lugar y por lo tanto no podrían cambiarlo.
— Me duele la cabeza, cállense- exclamó Ron tapándose los oídos con la almohada. Era una locura y por lo más confuso.
— Creo que lo estoy entendiendo- dijo Harry sentándose en la cama e imitando las posturas de las chicas- es cómo, si yo comiera una trata de melaza me arrepiento y vuelvo el tiempo atrás para advertirme de no comerla, entonces el Harry al que le advertí no la come y por lo tanto no volvería el tiempo atrás para advertirse de no comerla ¿No?- terminó con cara confusa.
— Si, exacto- asintió Hermione.
— ¿Por qué con tartas de melaza?- preguntó Ginny riendo.
— Bueno, me parecía un buen ejemplo- exclamó a la defensiva encogiéndose de hombros.
Es que, el otro ejemplo hablaba sobre matar a Voldemort de adolescente antes de que haga algún daño, y no creía que sea adecuado darlo. Aparte no le causaba ninguna gracia hablar sobre matar a alguien por más que sea Voldemort.
— ¿Saben? Es algo molesto que toda tu familia sepa lo que haces cuando no estás con ellos- habló Ron sacándose la almohada de encima-. Voy a estar castigado hasta que termine Hogwarts.
— Es por algo importante Ron- dijo Hermione mirándolo fríamente a los ojos- aparte son los pensamientos de Harry y no lo escucho a él quejándose.
Harry apoyó la cabeza contra la cabecera de la cama, Hermione lo hacía sonar como si estuviese encantado con la idea y no había nada más lejos de la verdad, odiaba toda esta situación, era como estar desnudo frente a todos. Podían leer sus miedos, sus secretos, sus sentimientos, era vergonzoso. Pero también entendía la necesidad de hacerlo, daría todo, hasta su orgullo, para que nada malo les suceda a sus personas queridas.
— No es como si pudiera quejarse tampoco- habló Ginny mirando hacia sus piernas cruzadas- no tiene mucha opción. Le están diciendo que revele todo lo que piensa (o va a pensar en un futuro) o alguien podría morir. No es una opción. No puede decir: no, prefiero que el futuro siga siendo horrible.
Un silencio siguió a las palabras de Ginny. Fue como si hubiese roto un acuerdo de no mencionar lo que podría haber traído el futuro. Los tres habían llegado a la conclusión que, si alguien estaba tratando de cambiar las cosas era porque muchas personas murieron en la lucha contra Voldemort, pero es como si no pudieran decirlo en voz alta, tratando de esquivar la realidad porque podría cumplirse. Y con las palabras de Ginny fue como si los hubiesen arrastrado hasta ella.
— ¿Ustedes piensan que...?
Ron se cortó, no podía ni siquiera contemplar algo así, perder a un amigo, o a alguien de su familia, de repente todas las quejas anteriores se convirtieron en nada ¿Cómo se atrevía a preocuparse por un par de castigos cuando podrían salvarle la vida aunque sea a una persona?
El silencio los rodeó, cada uno pensando en las personas que podían perder en esta lucha. Un golpe de la puerta los hizo sobresaltar, Sirius y Remus entraron, se dirigieron hacia el escritorio que estaba frente a las camas acompañado de dos sillas.
— Espero que no se olviden que todavía tienen que hablarme de su segundo año- habló Sirius tomando el respaldo de una silla y pasando una de sus piernas sobre el asiento para sentarse del revés-, también es una estrategia para no ayudar en la cocina.
Remus sacudió la cabeza mientras agarraba la otra silla y la daba vuelta para sentarse en una correcta posición frente a los chicos.
— Molly no te querría cerca si seguís cocinando igual que antes- y mirando a los chicos añadió-, una vez trató de avivar el fuego con un incendio casi prende fuego toda la casa de James.
— Ese día creí que iba a morir.
Harry quién se había acercado más hacía el borde de la cama (sentándose casi junto a Ginny) prestaba atención a lo que decían.
— ¿Por qué? ¿Estabascerca del fuego?
Remus rió mirando para otro lado.
— Casi me mata tu madre- aclaró estremeciéndose- daba terror cuando se enojaba. Recuerdo la primera vez que James le "pidió"- haciendo el gesto entre comillas con sus dedos- salir.
Harry miraba de uno a otro, después de todo esto era lo que quería, enterarse de cómo era la vida de sus padres.
— ¿Por qué "pidió"?- preguntó Ginny repitiendo el gesto de Sirius.
Sirius y Remus se rieron juntos mientras se miraban, como si estuviesen compartiendo una broma privada.
— Digamos que decirle "Evans, el fin de semana te daré el honor de ir conmigo a Hogsmeade, considérate afortunada" no era algo que tu madre esperaba como proposición para su primera cita- comentó Remus-. Estábamos en quinto.
Ginny se tapó la boca mientras reía. Si alguien le decía algo así se ganaría un hechizo en toda su vanidosa cara.
Harry, en cambio, le tomó un tiempo para analizar que "Evans" se refería a su madre, nunca había escuchado su apellido de soltera, y luego, un poco más para entender la situación en la que habían estado sus padres. Él siempre se había imaginado que, no sé, se habían enamorado y habían estado juntos casi al instante.
— ¿Y cuando dijo que prefería besar al calamar gigante antes que salir con él?- dijo Sirius entre risas- James estuvo deprimido una semana.
Las risas sonaban por la habitación hasta que fueron cortadas por la interrupción de Tonks a la habitación.
— Quise ayudar a Molly a preparar la cena pero me dijo que no me preocupara, tengo la sensación que no confiaba en mis dotes culinarias- habló mientras se apoyaba en el marco de la puerta y una sonrisa jugueteaba en sus labios-, y como pensé que iban a estar hablando de su segundo año preferí venir con ustedes.
Harry notó como Ginny se tensaba. Sentía la mirada de todos menos la de ella hacia él esperando que diga algo.
— Bueno, sí, pero creo que será mejor que lo escuchen la mayoría así después no tenemos que explicar de nuevo si en los libros se dice algo que no entienden. ¿Podemos bajar ya?- le preguntó dirigiéndose a Tonks.
— Sí, pero los profesores no están, tenían que ir al colegio a poner ciertas cosas en orden para poder venir mañana temprano y seguir con la lectura.
— No importa, ellos saben la mayoría de las cosas- o por lo menos Dumbledore, aclaró mentalmente, aunque no le resultaría extraño que los demás supiesen.
Harry se alejo de la cabecera de la cama acercándose hacia el borde, mirando hacia Tonks y estando espalda con espalda con Ginny. Tanto Sirius como Remus se levantaron de sus sillas siguiendo a Tonks hacia las escaleras, mientras Ron quejándose se desprendía de la cama y Hermione desenredaba sus piernas levantándose para dejar salir a su amigo. Harry sintió que Ginny comenzaba hacer lo mismo así que la frenó dando un tirón de la parte de atrás de su remera para que los otros no se dieran cuenta. Cuando sus amigos salieron por la puerta dio las gracias que estaban discutiendo por algo que no llegaba a escuchar y no se habían dado cuenta que él había quedado rezagado. Giró unos noventa grados hacia Ginny mientras ella hacía lo mismo quedando sentados uno junto al otro.
— Quieren hablar del segundo año- rompió el silencio él mientras remarcaba lo obvio.
Ginny tomó una bocanada de aire mientras lo dejaba ir lentamente.
— Puedes decir todo Harry, estoy bien con ello. Tengo que enfrentar las consecuencias de mis errores.
Harry volteó ahora frente a ella mirándola de perfil. Vio como sus manos temblaban sobre sus piernas.
— No fue tu culpa Ginny, escuchaste a Dumbledore, él era un experto engañando gente, tenías once años. ¿Y sabes?- dijo mientras se debatía entre sí decírselo o no, pero el temblor de sus manos lo hacían querer tranquilizarla- Yo también caí ante él con el diario, yo también le creí. Si no me hubieses sacado el diario le hubiese seguido escribiendo, gracias por eso Ginny.
Ginny movió por fin su mirada de su regazo hacia los ojos de Harry, sentía como sus ojos picaban pero no iba a ponerse a llorar, no cuando Harry admitía algo así con fortaleza, no cuando no tenía motivos para hacerlo.
Podría haber sido segundos o minutos enteros en los que se sostuvieron la mirada hasta que la voz de Ron llamándolos los hizo pegar un brinco.
— ¿Vamos?- preguntó Harry mientras se levantaba y se sacudía partículas inexistentes del pantalón para no tener que mirarla de nuevo.
Lo hacía sentir incómodo, como si estuviese traspasando algo que tenía que mantenerse ahí. Antes de que Ginny contestara salió por la puerta y recién ahí pudo escuchar el crujido de la cama.
Cuando llegó al comedor observó cómo estaban todos charlando en la mesa, solo a Molly se la veía tranquila en la cocina. Se preguntó en qué momento habían bajado los gemelos que estaban en medio de una conversación con Charlie. Tomó asiento junto a Hermione y cuando segundos después Ginny entró a la habitación le indicó moviendo sus ojos que tomara asiento en su otro costado, ya que se iba a emprender en esto prefería tenerla cerca, si veía que se ponía incómoda trataría de dirigir la historia hacia otro lado, o a lo sumo dejarla que explique su parte de los acontecimientos. Levantó la mirada de la mesa notando que Sirius lo miraba desde su posición, sentado justo en frente suyo, arqueando una ceja, por un momento quedó desconcertado no entendiendo que significaba su gesto, hasta que la sonrisa socarrona y sus ojos desviándose de Ginny hacia él le dio la respuesta. Claramente había visto la seña privada hecha a Ginny para que se sentara a su lado, al comprender lo que su padrino estaba pensando sintió como sus mejillas se calentaban y desvió su rostro hacia Hermione ocultando su rubor, cuando escuchó la risa de Sirius sabía que no había cumplido su propósito. Se aclaró la garganta como para hacer algo y todos dirigieron sus ojos hacia él creyendo que comenzaría a hablar.
— Eh, no me acuerdo como comenzó todo- habló removiéndose en su lugar mirando a sus amigos, era como si cualquier pensamiento en su cabeza se hubiese esfumado, de lo único que era consiente era de su cara más y más roja por momentos y la sonrisa de Sirius ensanchándose proporcionalmente.
— ¿Cómo no te vas a acordar que un elfo doméstico se metió en tu casa?- dijo Ron mientras se inclinaba por delante de Hermione para mirar a su amigo.
Harry sintió que podía morirse en ese mismo instante, tenía unas ganas de golpearse a si mismo contra la mesa para acomodarse un poco las ideas, ¿Cómo podía olvidarse de Dobby y todos los problemas que le causó? Entrar en su cuarto y encontrarse a un elfo doméstico fue una de las cosas más extrañas de su vida, es que magia y Privet Drive no encajaban juntos.
— Cierto,- trató de poner la voz más firme que podía- como dijo Ron las cosas comenzaron a ponerse raras cuando un día entre a mi cuarto y había un elfo doméstico, mis tíos ese día habían invitado a gente de su trabajo.
— Así que todo salió mal- interfirió Sirius- es Ley de Potter.
— ¿No es Ley de Murphy?- preguntó Hermione en lo que era más una afirmación que una pregunta.
— Los Potter tienen peor suerte que ese tal Murphy- contestó encogiéndose de hombros mientras compartía una risa divertida con Remus.
Mientras sacudía la cabeza ante lo dicho por su padrino, Harry trataba de seguirle la pista a lo que había estado diciendo antes de la interrupción.
— Dobby me advirtió sobre una amenaza que supuestamente iba a ver en Hogwarts ese año, y me pidió que no volviese al colegio.
Miradas desconcertadas se dirigieron hacia él, era extraño que un elfo doméstico se presentara en la casa de una familia muggle aunque Harry Potter esté allí, aparte nadie se atrevería a sugerir a un niño mágico que deje de ir al colegio así porque sí.
— Como yo le dije que no podía prometerle eso, él se dirigió hacia la cocina- Harry hablaba y a la vez trataba de pensar como minimizar el castigo al que había sido sometido, no quería que le tengan lastima, aparte eso rompería el corazón de la señora Weasley que aunque se encontraba cocinando él sabía que estaba escuchando su historia- cuando llegó usó su magia para tirar el postre de tía Petunia por todo el suelo.
Hizo una pausa dramática. Los gemelos reían de fondo. Harry lo hacía más que todo para demostrar que no estaba afectado por lo de después, si bromeaba sobre ello no los preocuparía.
— Dobby desapareció y recibí una carta del Ministerio "por haber utilizado magia"- enfatizó el punto haciendo comillas con sus dedos.
— Otra muestra más de su incompetencia- masculló Sirius.
— Mis tíos leyeron la carta y no estaban lo que se dice felices, así que me castigaron...
— ¿Qué tipo de castigo?- lo frenó su padrino antes de que pudiese continuar.
Harry miró de un lado al otro retorciéndose las manos por debajo de la mesa. ¿Y ahora que se supone que tendría que decir? "Mira mis tíos me encerraron, pusieron barrotes en mi ventana y me daban de comer a través de una gatera y sólo podía salir para ir al baño", aparte de que iba a horrorizarlos iba a ser humillante.
— Ya sabes lo común, nada de salir de la casa y sin postres después de la cena- captó por el rabillo del ojo como Ron lo miraba confuso, pero estaba agradecido de que por lo menos se mantuvo en silencio-, igual sólo fue así tres días, Ron, Fred y George fueron a buscarme.
Fred se estiró en su silla con una sonrisa jugueteando en sus labios.
— Vieron como es esto, como no podíamos comunicaros con Harry decidimos que si él no venía a nosotros, nosotros debíamos ir a él, y que mejor forma de ir- habló mirando a Sirius ahora sonriendo abiertamente- que volando en un auto.
Sirius miró a los presentes tratando de medir si se trataba de una mala broma, así que giró mirando a Remus para ver si se encontraba igual de desconcertado que él. Remus por el contrario veía a Harry divertido.
— Me enteré de algo sobre un coche volador cuando fui su profesor pero quiero escuchar la historia completa- habló mientras apoyaba los codos en la mesa y apoyaba su cabeza entre sus manos dirigiéndoles toda su atención.
— El resumen general es que volaron un auto hacia mi ventana del segundo piso, me ayudaron a subir todas mis cosas y nos fuimos a la Madriguera.
Ron veía decepcionado a su amigo por no contar lo de su tío, esa había sido la parte divertida después de todo.
— Pase lo que quedaba de vacaciones con ellos, fuimos al callejón Diagon a comprar los libros que necesitamos...
— Papá se peleo con Malfoy padre...- añadió Fred descartándolo con un movimiento de su mano.
— Conocimos al peor profesor de la historia de los malos profesores...- lo siguió George repitiendo el gesto de su hermano.
— Lockhart- aclaró Arthur- un Ravenclaw de la misma promoción que la nuestra.
— Bueno eso- siguió Harry - fuimos a comprar los libros que necesitábamos y nos encontramos a nuestro nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras: Gilderoy Lockhart, no va a sumar mucho a la historia en sí, pero fue una pesadilla tenerlo. Como dijo Fred, hubo una pelea con el padre de Malfoy.
Sirius estaba por insistir saber más detalles sobre el suceso cuando escuchó a Molly chasquear la lengua desde la cocina. Bueno podría pedir detalles más tarde, y no era porque tuviese miedo ni nada, era sólo precaución, nunca se debe hacer enojar a una mujer cuando tiene un cucharón en la mano.
— Cuando llegó el momento de ir a Hogwarts, fuimos todos juntos en el auto del señor Weasley...
— ¿Todos? ¿Como hicieron para entrar?- preguntó Remus mostrándose sorprendido.
Harry hizo una anotación mental para explicarle al profesor Lupin las cosas que no debían preguntarse frente a la señora Weasley, aunque entendía el porqué le parecía sorprendente que ocho personas, seis baúles y las mascotas entraran en el pequeño Ford Anglia. Sirius por el contrario no parecía notar la peculiaridad del asunto, seguramente el único vehículo muggle que le interesaba como para entenderlo era su moto. Hermione por el contrario, ya había conocido a la familia Weasley las vacaciones pasadas y había aprendido a no cuestionar cuando de aparatos muggles con ciertos toques mágicos se trataba.
La señora Weasley sin ver la mirada de pánico de su marido ya que se encontraba de espaldas todavía mirando unas ollas, fue la que tomó la palabra contestando a Remus.
— Yo también me sorprendí, quién diría que los muggles están tan avanzados, uno de afuera del coche nunca se daría cuenta.
Harry dejó escapar el aire que venía manteniendo desde que el profesor Lupin había preguntado. Pensando rápido cómo seguir la historia para que la madre de Ron no sospechara prosiguió.
— Llegamos a la estación con el tiempo al límite, empezamos a organizarnos para pasar, el señor y la señora Weasley acompañaban a Ginny porque era su primer año, y los hermanos de Ron ya habían pasado cuando con Ron nos quedamos solos. Corrimos hacia la entrada y chocamos contra la pared.
— ¿Qué? ¿Se perdieron el tren?- Sirius preguntó lamentando la suerte de su ahijado, a él nunca le había sucedido, con las ganas que tenía de irse de su casa llegaba como una hora antes a la estación.
— Eso es lo extraño- habló Harry mientras levantaba divertido una ceja y mirando a los ojos a su padrino- el reloj todavía no marcaba las once.
— ¿Entonces qué...?
— Despacio Saltamontes, todo a su debido tiempo – declaró Harry con voz solemne haciendo reír a Hermione.
Ron parpadeó hacia ellos mientras los demás los veían con confusión.
— Vamos ¿Kung Fu?- siguió Harry levantando ambas manos hacía arriba- ¿Monje Shaolin? ¿Nada?
Harry no se extrañó en sí que no lo conocieran, después de todo ellos ven cosas totalmente diferente, es más no recuerda a ver visto nunca una televisión en un hogar mágico. Pero se sentía extraño el hecho de saber más programas o películas que tantas personas en una misma sala (sin contar a Hermione claro), siendo que a él nunca le dejaron ver la tele en la casa de sus tíos. Kung Fu es una de las pocas cosas que podía llegar a ver debido a la etapa en la que su primo veía el programa para aprender a golpear gente desde un canal estadounidense. Petunia claramente lo desaprobaba, tanto al programa como al hecho de ver cualquier cosa Yanqui, ella quería seguir todo el supuesto protocolo de "familia inglesa". Trato de alejarse de sus pensamientos al ver como todos se encogían de hombros.
— Bueno, no importa, la cosa es que ahí estábamos, Ron y yo parados frente al andén 9 y ¾ pensando en la manera de llegar a Hogwarts, cuando se nos ocurrió ir al auto.
Sirius asintió pensando que era lo más obvio, ir a esperar a los señores Weasley en el auto hasta que regresen. En cambio, los demás que ya sabían por donde iba el asunto miraban de uno a otro para ver su reacción.
— Ir al auto- continuó Harry- para así volar hasta Hogwarts.
La cara de Sirius era digna de un retrato. O por lo menos de una foto, cosa de tener un recordatorio para burlarse de él de por vida. Tenía la cara desencajada con la boca abierta mientras articulaba palabras sin que su voz saliera.
— ¿Volaste en un auto hasta Hogwarts? ¿Estás loco? - habló/gritó cuando al fin pudo formular algo- Quiero decir, ¿Por qué no se me ocurrió a mí antes? Eso hubiese sido genial- masculló en voz baja- pero, ¿Estás loco? Por Merlín, este chico me va a llevar a la tumba- habló/gritó de nuevo.
Harry que había aguantado la risa durante el periodo de shock de su padrino, no pudo contenerse al escucharlo hablar.
— Sirius creo que primero tendrías que pensar si vas a retarlo o alentarlo antes de hablar- comentó el profesor Lupin con voz seria aunque podía verse una sonrisa asomándose en sus labios.
Tonks, quién sólo sabía del hecho por el diario El Profeta había estado escuchando atentamente hasta que Sirius se enteró, al igual que habían hecho casi todos los hermanos Weasley, estalló en carcajadas al escuchar a Remus respondiéndole. Es que era gracioso como pretendía hacer que Harry se comportara pero su lado bromista no lo permitía del todo.
Cuando las risas en el comedor se calmaron (sobre todo gracias a una mirada de la señora Weasley), Harry continuó.
— La versión resumida es que volamos hasta ahí pero cuando estábamos llegando el coche se paró y caímos sobre el Sauce Boxeador- y antes que cualquiera pudiera intervenir siguió-, salimos sin lesiones pero la varita de Ron se rompió y el coche escapó hacia el bosque luego de expulsar todas nuestras cosas.
El señor Weasley por dentro se lamentaba a el de enserio le gustaba ese coche.
— Salimos en el profeta, nos vieron muggles, y nos castigaron- abrevió Harry- El castigo de Ron era limpiar la sala de trofeos con Filch, el mío era atender la correspondencia de Lockhart. Cuando lo estaba haciendo la escuché por primera vez, una voz que helaba la sangre, un susurro que no me acuerdo exacto que decía pero sé que hablaba de matar.
Un silencio se instauró en el comedor, hasta el ruido de ollas en la cocina se había calmado. Harry no quería ni pensar que diría Sirius cuando se enterara que habla Pársel, aunque tenía la leve esperanza que ya lo supiera, es decir, en segundo año todos se habían enterado, tal vez Remus cuando fue profesor se enteró y le dijo. O por lo menos guardaba esa pequeña esperanza.
— Lockhart no lo escuchaba, y como la voz paró lo deje por un tiempo, pero en Halloween volví a escucharla. Estaba saliendo con Ron y Hermione del cumpleaños de muerte (o así lo llamaba él) de Nick casi Decapitado, habíamos faltado a la fiesta del gran comedor. Y la voz surgió más clara que antes, hablando de matar de nuevo, y de que olía sangre- Ginny se estremeció en su costado, Harry tuvo el instinto de sujetar su mano pero no lo hizo-, fui siguiendo la voz junto a los chicos, ellos no escuchaban nada.
Cuando Harry levantó la mirada veía cómo Sirius apretaba la mandíbula, seguro que frenándose a él mismo de gritarle y decirle lo peligroso de lo que estaba haciendo. Aún así nadie dijo nada. Sólo esperaban expectantes.
— Llegamos al segundo piso corriendo mientras seguía la voz, en el último pasillo lo encontramos, el piso estaba inundado y en la pared había una escritura: "La cámara secreta ha sido abierta. Enemigos del heredero temed."
— ¿Cámara de los secretos?- preguntó Sirius mientras miraba de Remus a Harry.- ¿Eso no es solo una leyenda?, quiero decir, nosotros la buscamos de jóvenes después de que Remus había leído algo en "Hogwarts: Una Historia".
— Yo pensé lo mismo- comentó Hermione hablando por primera vez desde que había comenzado la historia-, pero no tuve mucho tiempo para pensarlo antes de dirigir mi atención hacia otra cosa, la señora Norris se encontraba colgando bajo el mensaje petrificada.
— ¿Petrificada?- preguntó Remus extrañado-, hay muchos hechizos que lo producen, pero muy pocos (si no es presuntuoso decir ninguno) que puedan ser realizados por estudiantes, ni aunque estos estuviesen en último año.
Los Weasley, quién ya sabían que era una criatura que lo provocaba guardaban silencio. Hermione, por el contrario, se veía cómo si en cualquier momento saltaría de su asiento para explicar todas las razones de los misterios que dirían de ahora en adelante. Harry pensaba que era la costumbre, ya que el año pasado Remus había sido su profesor.
— Y ahí no termina todo, no señor,- siguió Ron quién se maldecía internamente por su mala suerte- justo cuando estábamos por decidir que era mejor irnos llegaron todos los alumnos y profesores que salían del comedor y nos vieron ahí parados.
Sirius y Tonks se palmearon a la vez la frente.
— Y déjame adivinar hermanito- dijo Charlie riendo-, los culparon por eso.
— Creo que eso es obvio- contestó de nuevo Ron, y como si de pronto se acordara de algo gracioso comenzó a reír- y más obvio es que el que peor se la llevo fue Harry, Filch dijo que él lo había hecho porque descubrió que era squib.
Charlie rodó los ojos.
— Todo el mundo sabe eso, sólo que nadie dice nada.
— Bueno, la cosa es que estábamos justo ahí en el medio del pasillo con casi todo el alumnado mirándonos- siguió Harry- siendo acusados de petrificar a la gata. Por suerte el profesor Dumbledore nos dejó explicarnos, despejó a las personas y dijo que éramos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Obviamente las dudas con respecto a nosotros no desaparecieron.
Harry frenó recordando todas las miradas que recibían de la mayoría de los alumnos esos días y como fue empeorando con lo sucedido después. Mientras aprovechaba el silencio para ordenar los hechos en su cabeza, captó una mirada de Hermione por el rabillo del ojo y ya sabía que era lo siguiente: explicar lo de la poción multi-jugos. Aunque prefería no hablar al respecto, sabía que era demasiado pedir que no se haga una mención a su pequeña excursión en lo que quedaba de la historia, su suerte nunca fue tan buena. La parte positiva era que el profesor Snape no iba a saber que eran ellos quienes le habían robado los ingredientes para hacerlo, o por lo menos no de su boca, era un mal menor si se enteraba mientras leían.
— Entonces, - continuó diciendo- hasta el momento sabíamos que esa cámara de los secretos había sido abiertay gracias a Hermione que se mantuvo investigando en los libros y preguntándole a los profesores sabíamos también que esa cámara nunca había sido encontrada y que las leyendas decían que era donde Salazar Slytherin guardaba una criatura que en el futuro sería liberada por su heredero para sacar del colegio a aquellos magos que el consideraba no-puros o que no merecían aprender la magia.
Se escuchó un repetitivo <tch> de todos, mostrando su desagrado con lo referido a estas enseñanzas. Harry miró a su padrino que sacudía suavemente la cabeza negando mientras fruncia el entrecejo.
— No sabíamos quién podía llegar a ser este heredero de Salazar pero nos parecía bastante probable que se encuentre en Slytherin. Nuestro principal sospechoso era Malfoy, porque era al que nosotros más conocíamos. Así que empezamos a idear un plan para poder interrogarlo sin que se diera cuenta, ahí es cuando de nuevo Hermione y sus conocimientos se involucran.
La voz mostraba un gran orgullo mientras decía esas palabras, es que sin Hermione hubiesen muerto en el primer año, ella siempre había estado ahí para ayudarlos en todo momento. Los demás pasaron de mirar de uno a otro para ver quién continuaría la historia.
— Bueno- empezó ella ruborizada- es que lo único que se me ocurrió para poder hablar con él sin que sospechara era convertirnos en sus mejores amigos- miró al profesor Lupin frente a ella antes de concluir en voz mas baja- literalmente.
Remus pestañeó rápido un par de veces antes de fijar una mirada incrédula en Hermione.
— Poción multijugos- susurró mirando a Sirius con la misma cara- eso no es material de estudio hasta sexto año.
Harry suspiró un poco aliviado, por lo menos era material de estudio en algún momento, al estar la receta en la sección prohibida de la biblioteca había pensado que tal vez era ilegal o algo así.
Todos se veían abiertamente sorprendidos sobre todo Bill y Charlie que aún no comprendían la magnitud del conocimiento de Hermione en cuanto a libros.
— Si, poción multijugos- siguió Hermione- era la única forma que se me ocurrió para hacerle preguntas a Malfoy.
Ginny quién estaba escuchando el relato, se inclinó al costado de Harry para mirar a la otra chica.
— ¿Pero que es la poción multijugos?
— La poción multijugos permite al que la bebe tomar la forma de otra persona. Es complicada y tarda casi un mes realizarla. Los crisopos deben guisarse por 21 días y la Descurainia sophia debe ser extraida en luna llena.
— Pero, - habló Bill- hay ingredientes que no están a disposición de todos los alumnos como las tiras de serpiente arbórea africa, ¿Cómo los consiguieron?
Por lo menos los tres tuvieron la descencia de verse avergonzados mientras los adultos los miraban esperando una explicación. Fred y George por el contrario hacían señas de apoyo desde el extremo de la mesa.
— En tiempos desesperados medidas desesperadas- argumentó Ron tratando de evitar los ojos de la señora Weasley que había dejado la cocina por un momento para voltearse a verlos.
La risita de Sirius causó que la mirada cambiara de dirección. La mano en la cintura con el golpeteo del pie de Molly dejaba claro que si no explicaba porque se reía rápido iba a ser fulminado por un hechizo en cualquier momento.
— Ustedes no pueden simplemente dejarlo pasar, ¿no? - negó con la cabeza aun riendo- siempre tienen que involucrarse en cada problema que se cruce por su camino.
— ¡Es que estábamos siendo acusados! - exclamó Harry- ¿Qué mejor manera de demostrar nuestra inocencia que encontrar al verdadero culpable? Aparte las cosas fueron empeorando con el tiempo.
Ginny se estremeció, si que habían empeorado, todavía faltaban que comiencen a aparecer personas petrificadas. Harry al notar su incomodidad con el tema carraspeó antes de darle la oportunidad a alguno de preguntar, aunque sabía que no iba a poder protegerla de las cosas por mucho tiempo, se acercaba el momento de lo de Colin.
— Lo importante es que estábamos haciendo la poción multijugos en el baño de Myrtle la llorona porque era al único lugar que ningún estudiante ni profesor entraría. Todos lo evitan como la peste aunque a veces les quede más cerca.
Los mayores sonrieron ante esto olvidando su anterior enojo al recordar sus días escolares, Myrtle no era alguien quien quisieran tener cerca.
— Hermione empezó a preparar la poción, pero en el medio de preparar y que la usemos pasaron cosas. Lo primero fue en un partido de Quiditch (de nuevo?, dijo Sirius quejándose) una bludger se volvió loca y comenzó a atacarme.
Los gemelos entusiasmados por formar parte de esta parte de la historia tomaron la palabra.
— Nosotros como golpeadores- empezó George- tratabamos de protegerlo golpeandola lo más fuerte que podíamos pero volvía una y otra vez.
— Oliver, que era nuestro capitán como veía que lo único que hacíamos era proteger a Harry nos obligó a dejarlo solo.
— Pasa que al tratar de protegerlo tampoco dejábamos que el fuera tras la snitch, el partido no avanzaba y la bludger no dejaba de atacar.
Remus, quien el año pasado como profesor se había enterado de esas cosas de boca de sus compañeros, se aguantaba la risa ante las caras de los otros adultos presentes. Recordaba haber tenido la misma cara de incredulidad mezclada con preocupación la primera vez que había escuchado la historia.
— La buena noticia es que el partido lo ganamos - exclamó Ron con entusiasmo que fue borrado cuando Hermione golpeó por detrás su cabeza. Hasta ella misma se veía sorprendida.
— ¿Como puedes decir eso? Harry salió herido.
Harry se tragó la replica de que poco le importaba estar herido si había ganado el partido al final. No quería recibir también un golpe. En vez de eso decidió retomar lo que iban diciendo.
— Pude atrapar la snitch, como dijo Ron ganamos el partido, pero la bludger me golpeó. Mi brazo estaba roto, no hubiese sido nada si no fuese por Lockhart que queriendo demostrar sus "conocimientos"- agregó amargamente haciendo las comillas con los dedos – despareció todos los huesos de mi brazo.
— El brazo parecía de goma- aportó Fred.
— La cosa es que fue como un infierno, tuve que tomar crecehuesos y que además de tener un gusto horrible tardaba ocho horas hasta tener mis huesos de nuevo.
Un escalosfrio lo recorrió, era una experiencia que no quería repetir. La señora Weasley llegó con una jarra y vasos volando para poner en la mesa, era temprano para comer pero ella ya estaba preparando diferentes platos para que todos puedan comer gratamente. Harry aprovechó la interrupción para tomar jugo y pensar lo que seguía, no quería saltearse algo que luego sea importante así que trataba de dar todos los detalles posibles, aunque podía apoyarse en sus amigos para completar sus espacios en blanco o hechos que se olvide, había cosas que solo él sabía. Junto a él podía sentir a Hermione hablando con Ron de algo que no llegaba a escuchar, su vista estaba puesta en la mesa. Vió el movimiento a su lado cuando Ginny llegaba a su propio vaso con su mano izquierda, pero solo lo giraba, podía imaginarse lo nerviosa que estaba, seguía lo de Colin. Mientras Harry sostenía el vaso con la derecha bajó su otra mano bajo la mesa para tomar la suya que se encontraba en su rodilla, su pierna no dejaba de moverse en un ritmo rápido, pudo sentirla temblar cuando la sintió tocarla. La idea era darle un breve apretón para que entienda "estoy con vos" "no fue tu culpa" "tenías once años""no hiciste nada malo", pero Ginny dio vuelta su mano para que pueda sujetarla correctamente palma con palma y le devolvió el apretón. Sólo que ella no retiró la mano después, se mantuvo con la mano de él en la suya. Harry sabía que no podía sacarla ahora, no si ella lo necesitaba, solo podía rogar que Sirius no lo vea, estaba seguro que se había ruborizado. Tomó un trago de agua. Cuando sintió que podía redirigir la atención hacia él para continuar la historia sin que noten una pizca de colorado en su rostro o cuello carraspeó.
— Volví a ver a Dobby en la enfermería, admitió que él había sido el causante de que no atravesaramos la barrera en el anden para tomar el tren. Ahí está tu respuesta Sirius- agregó con una sonrisa mirando hacia su padrino-, y aparte también admitió ser el que encanto la bludger para que me golpeé. Según él quería "salvarme" de lo que sucedía en Hogwarts.
— Que extraña manera de hacerlo- comentó Charlie riéndose entre dientes- si no me lo hubieses dicho pensaría que quería matarte.
Harry recordó que Ron había dicho algo parecido y asintió hacia él.
— Tiene maneras extrañas, pero sus intenciones aunque rebuscadas son buenas- respiró hondo-. Fuimos interrumpidos cuando llegaron los profesores a la enfermería, habían encontrado a Colin Creevey, un Gryffindor de padres muggles, petrificado.
Sintió como la mano de Ginny le apretaba la suya con fuerza así que comenzó a acariciarla con el pulgar para tranquilizarla, no había nada más que podía hacer.
— Alumnos petrificados- comentó Sirius chasqueando la lengua- esto lo empeora mucho, los padres creen que Hogwarts es el lugar mas seguro para sus hijos. No me extrañaría que si se hace público se arme una grande.
— Conocía a Colin porque era un chico que me sacaba fotos todo el tiempo, él estaba yendo a la enfermería a visitarme cuando pasó. Lo único que tenía con él era la cámara cuando lo encontraron.
Hermione que había estado escuchando como todos, decidió rellenar con un poco de información.
— Dobby también mencionó que la cámara había sido abierta una vez en el pasado, eso fue lo que Harry nos dijo en ese entonces.
Era cierto, se le había olvidado que ese detalle surgió de Dobby. Al ver que Harry y todos la miraban esperando que continuase se acomodó un mechón de pelo tras su oreja antes de seguir.
— Lo siguiente que sucedió fue el club de duelo, el profesor Lockhart lo había organizado. La mayor parte de los alumnos fueron. Pero como siempre alguien terminó involucrado...- dijo dirigiendo una sonrisa hacia Harry.
— ¿Por qué esto ya no me extraña?- comentó Sirius.
— La síntesis es que Harry tuvo un duelo con Malfoy frente a casi todo el colegio, Malfoy hizo aparecer una sepiente y Harry le habló.
Harry se tensó de inmediato, se había olvidado que su padrino no sabía esto.
— ¿Qué tiene que Harry le hable a Malfoy?- habló Sirius con extrañeza-, sé que se odian y son rivales y eso, pero tampoco me parece mal que le hable.
— No no no- contestó Hermione rápidamente- no quise decir eso.
— Quizo decir que le hable a la serpiente, no a Malfoy- habló Harry tratando de mantener su voz firme mientras levantaba la mirada-, hablo Pársel, el idioma de las serpientes.
Sirius lo miró cuando empezó a hablar pero tardó varios segundos en reaccionar a lo que había dicho. Aunque a diferencia del rechazo que Harry esperaba (sabía todo el odio que le tenía a todo lo relacionado con Slytherin), encontró una mirada pensativa. Tonks por el contrario tenía la boca abierta hace casi un minuto completo.
— No recuerdo que James haya dicho que ningún Potter tenga algo parecido- habló su padrino saliendo de su silencio- aunque todos los magos de sangre pura están relacionados de alguna manera y todo puede ser. ¿O es por lo que sucedió con Voldemort? Tendriamos que hablar con el profesor Dumbledore al respecto- terminó asintiendo hacia su ahijado.
— El profesor dijo que era por eso- contestó Harry aun sin superar el sentido de la normalidad con la que tomó la noticia- que cuando me hizo la cicatriz también me tranfirió ciertos poderes.
Sirius colocó una mano en su barbilla.
— Eso lo explicaría.
Parecía perdido en sus pensamientos, Harry aprovechó para seguir con la historia antes que pudiera procesarlo más.
— Como pasó frente a todo el colegio, al otro día ya estaban corriendo rumores de que era el heredero de Slytherin. Por un malentendido pensaron que le había dicho a la serpiente que atacara a Justin, uno de nuestros compañeros.
— Le hubieses dicho que lo atacara – le dijo George con una sonrisa- así por lo menos te atacaban con razón, señor colmilludo.
Harry no le quedaba espíritu ni para reír, los acontecimientos podían considerarse una sucesión de eventos desafortunados.
— La vida de Harry- habló Hermione- se basa en que si algo puede salir mal, lo hará. Es más, saldrá mal de la peor manera posible, en el peor momento, en el peor lugar y de una manera que cause el mayor daño.
El Sr. Weasley sonrió pensando que era una exageración de parte de los chicos. Es que aunque habían testificado la mala suerte del chico no creían que fuera para tanto.
— Y eso se comprueba con lo siguiente que sucedió,- dijo Harry de forma amarga- estaba buscando a Justin para explicarle como las cosas habían sido, las clases fueron suspendidas porque la Profesora Sprout quería preparar a las mandrágoras para despetrificar a la gata y a Colin, recuerdo que me crucé con Hagrid que me dijo que unos gallos aparecieron muertos y después seguí mi camino. No pasó mucho hasta que encontré a Justin, estaba junto a Nick casi decapitado...- y mirando a su padrino como para asentuar su suerte habló- petrificados.
Sirius no sabía si comenzar a reírse o que hacer, seguramente en ese momento fue una experiencia horrible para Harry, siendo juzgado por todos y que además todas las pruebas lo incriminen, pero no podía dejar de ver la parte cómica del asunto.
— Y espera porque se pone peor, Peeves apareció y comenzó a gritar que yo los había atacado, todos los alumnos que estaban en clases salieron para ver y pronto me encontré rodeado con personas que creían que yo era el heredero de Slytherin y me quería deshacer de todos ellos.
Bueno admito que pueden no haber estado exagerando, pensó el Sr. Weasley.
— Me llevaron con el director, pero como Hagrid me había visto unos momentos antes del ataque tenía una coartada. El profesor Dumbledor dijo que me creía.
La Sra. Weasley comenzó a traer la entrada para ir comiendo mientras la historia finalizaba. Harry sintió como Ginny le dejaba ir la mano y la ponía sobre la mesa, aprovechó la oportunidad para comer un poco.
Hermione que veía como sus dos amigos comían trato de seguir ella con lo que sabía.
— Ahora más que nunca queríamos saber quién era el heredero, la poción multijugos ya estaba así que después de la cena de Navidad actuamos- habló rápido viendo como comían, parecía que nadie se dio cuenta que al final no habían dicho en donde consiguieron los ingredientes faltantes-. Los chicos durmieron a Crabbe y Goyle, les sacaron unos pelos y los encerraron en un armario. Fuimos al baño de Myrtle para convertirnos, teníamos túnicas que conseguí de la lavandería. Después de tomarla, ellos dos fueron a la sala común de Slytherin..
— ¿Solo ellos dos?- preguntó Charlie mientras masticaba.
— Bueno, yo tuve un problema con el pelo que utilicé en la poción, no era de la persona en quién quería convertirme- habló evitando los ojos de todo el mundo.
— Pero si te convertiste en otro Slytherin podrías acompañarlos igual, tenías que tener cuidado de no cruzarte con esa persona no mas- dijo Bill.
Hermione se removió en su asiento, sentía a sus amigos temblando de la risa contenida. Al menos tuvieron la decencia de mantener sus cabezas bajas.
— No me transformé en una persona, era pelo de gato.
Las risas ahora sonaban claramente. Su cara más roja por minuto, no ayudaba que hasta los adultos se estén riendo.
— No pudimos haber llegado tan lejos sin ella,- dijo Harry entre risas- pero era demasiado gracioso verla con orejas de gato y cola.
Ron comenzó a atragantarse con la comida. George se veía que estaba poniendo esfuerzo en no escupir todo el jugo en la cara de su hermano. Una vez que se habían calmado y que la Sra. Weasley se había ahora sí acercado junto con la cena y la desplazaba por la mesa con un movimiento de su varita, Harry pudo seguir.
— Malfoy claramente no era el Heredero de Slytherin, pero pudimos averiguar un par de cosas como que la cámara fue abierta hace cincuenta años, un hijo de muggles murió y echaron al responsable- enumeró.
Lo estaban mirando ahora, lo sabía sin siquiera levantar la cabeza de su plato. Se tomo un momento para cortar un trozo de carne, no recordaba que seguía. Un año es mucho tiempo para recordar cada detalle y su cronología.
— El diario Harry, - le señaló Ron apuntándole con el tenedor- Myrtle te lo dio en el baño.
— Es verdad, le arrojaron un diario a Myrtle, nosotros lo encontramos porque estaba histérica. Era viejo, lo único que tenía escrito era un nombre: T. M. Ryddle.
Se escuchó un cubierto caer y repiquetear sobre un plato.
— Pero ese... - comenzó Tonks.
— Ahora lo sabemos- se apresuró a contestar Harry- pero en ese entonces no sabíamos nada.
Los tres junto con Ginny asintieron, si ellos hubiesen sabido de quién era el diario...
— Lo único que sabía de él- habló Ron- es que hace cincuenta años había recibido la Medalla al Mérito Mágico. La vi cuando estaba limpiando con Filch los trofeos.
— Y para lo que sigue,- dijo Harry- quiero que sepan que sabemos que hay cosas que hicimos mal y que nos pusimos en peligro pero traten de escuchar hasta el final.
Espero a que los adultos asientan para bajar sus manos y colocarlas en sus rodillas. La vista pegada al plato olvidado sobre la mesa.
— El diario tenía todas las hojas en blanco, probamos varias cosas pero ninguna funcionó, por lo que por mi cuenta escribí en el- respiró profundamente-y Tom Ryddle me contestó, sus palabras aparecieron contestando me luego de que yo había escrito. Comenzamos a hablar sobre lo que sucedió hace cincuenta años, él se ofreció a mostrarme. No sabía que era lo que quería decir con eso pero acepté.
No era capaz de levantar la vista, más que nunca se dio cuenta de lo que Ginny sentía. De la vergüenza que se siente por ser utilizado.
— Lo que me mostró fue como un recuerdo, yo estaba ahí pero nadie me veía, seguí a Tom Ryddle por el castillo. Los ataques ya habían provocado la muerte una alumna y el colegio estaba evaluando cerrar. Él se encontró con Hagrid en una parte aislada del castillo y lo acusó de ser el causante de los ataques. Vi que Hagrid protegía a una criatura antes de que el recuerdo termine.
— Pero Hagrid sería incapaz de hacer algo así - comentó Sirius tratando de no hacer sentir incómodo a Harry, no quería que su relación se complique si se ponía a retarlo por cada cosa que él hacía.
— Y es poco probable - dijo Charlie-que siendo medio gigante tenga algún tipo de relación con Slytherin.
— Nosotros tampoco creíamos que fuese culpable -aclaró Harry- pero si que él había sido acusado por eso y lo habían expulsado. Lo dejamos estar porque no queríamos tener que hacerle esas preguntas tan personales a Hagrid, hasta que hubo otro ataque. Ah, antes del ataque me robaron el diario- recordó tardíamente- me lo sacaron del dormitorio.
Los que habían retomado su comida hicieron una pausa, sabían sus nadie había muerto porque o si no hubiese salido en la primera tapa de El Profeta pero eso no signifique que sea agradable de escuchar. Eran ataques que se producían bajo las narices del mismo Dumbledore.
— Empezó cuando estábamos yendo a un partido de Quidditch, escuché la voz de nuevo en los pasillos al mencionarselo a los chicos, Hermione dijo que se había dado cuenta de algo y salió corriendo. Nosotros seguímos caminando porque ya era tarde. Cuando estaba por empezar la profesora McGonagall nos llamó, encontraron a Hermione y otra alumna petrificadas.
Claramente ninguno se esperaba que la próxima víctima sea tan cercana.  Hermione podía sentir que la perforaban con la mirada como si fuese a caer petrificada de un momento a otro.
— Con Hermione así ya no podíamos atrasar el ir a hablar con Hagrid así que fuimos con la capa, pero llegó Fudge a arrestarlo. Todo porque era el acusado de los ataques anteriores. Dijo que lo llevarían a Azkaban.
Harry miró a Sirius, pero su padrino mantenía la cabeza baja escuchando mientras jugaba con unos frijoles en su plato.
— Antes de que se lo llevaran nos dijo que siguiéramos a las arañas si queríamos obtener respuestas. Así que unos días después encontramos un rastro de ellas y lo hicimos.
Ron se estremeció, esa había sido la peor experiencia de su vida. Lo del año pasado: ser arrastrado por un exprisionero de Azkaban por la casa de los gritos y enfrentarse a un hombre lobo, parecían nada al lado de esto, solo las personas con fobias podían entender lo que sentía. Hermione petrificada en la enfermería era el incentivo que tenía para hacerlo, o si no no lo hubiese echo nunca.
— El camino llegaba hasta el bosque prohibido,- siguió Harry mientras escuchaba una ingesta de aire a su izquierda, seguramente procedente de la Sra. Weasley- esperamos hasta la noche para ir los don junto a Fang. Donde acababa el rastro estaba Aragog, una acromántula. Ahí averiguamos que la criatura que Hagrid protegía en la memoria del diario era ella. Nos dijo que nunca había atacado a ningún estudiante.
— ¿Les dijo?- preguntó Ginny desconcertada- ¿Habla?
Harry asintió hacia ella.
— Las acromántulas son arañas gigantescas, carnívoras y que tienen el poder del habla- aportó Charlie-, ellas viven en Asia, principalmente en la Isla de Borneo. No sabía que había una colonia por acá. Menos que se encontraba en los bosques de Hogwarts.
— No creo que Hagrid se lo haya dicho a nadie- continuó Harry- aunque no me extrañaría que el profesor Dumbledore lo supiese. Aragog también nos contó que la chica que había muerto hace cincuenta años fue encontrada en los baños. Cuando con Ron salimos de allí- dijo evitando toda la parte en la que casi los matan- se me ocurrió que tal vez la chica no había desparecido, tal vez continuaba en los baños.
— ¿Myrtle?- preguntó incrédula Tonks.
— Si- contestó- por lo menos veíamos una posibilidad. Cuando íbamos a ver a Myrtle para preguntarle nos cruzamos a la profesora McGonagall, así que tuvimos que mentir que estabamos yendo a la enfermería para visitar a Hermione.
Recordaba claramente sentirse culpable después al ver que la profesora se emocionaba.
— Aunque nos terminó sirviendo aún más- sonrió hacia Hermione-, encontramos que sujetado a su mano ella tenía una hoja dónde se encontraba la información de la criatura que causaba los ataques.
Ahora todos miraban a Hermione impresionados, había resolvido lo que todos los otros maestros no pudieron. Ella sentía que su cara crecía más roja por segundo.
— Es que cuando íbamos al juego de Quidditch y Harry escuchó la voz se me ocurrió- explicó-, ¿Por qué solo Harry lo escuchaba? ¿Qué tenía Harry que nosotros no?
— ¿Una cicatriz y unos anteojos chuecos?- le susurró Fred a su hermano evitando que otros lo escucharan.
Remus pensó en las palabras de Hermione y veía su punto, ¿Qué tenía Harry que otros no para poder escuchar una voz que otros no?
— Pársel, el habla pársel- terminó con voz incrédula, era algo obvio pero que no se le había ocurrido hasta entonces.
— Exacto,- contestó Hermione con una sonrisa- si la criatura era una serpiente Harry podía entenderla mientras todos los otros no. Y no cualquiera, porque si la leyenda era cierta, la criatura tenía que estar hace siglos en el castillo esperando que el heredero de Slytherin apareciera. Así que una serpiente que pueda vivir siglos, que sea capaz de matar o petrificar, todo me apuntaba a una especie, el Rey de las Serpientes, el Basilisco.
Sirius recién ahora recordaba que durante la lectura del libro Harry mencionó que un colmillo de Basilisco se le había clavado en el brazo y prometió contarle luego la historia. Charlie por el contrario se encontraba extasiado, las criaturas mágicas eran algo que amaba, no por nada entrenaba y cuidaba dragones, y escuchar que estos chicos se encontraron primero con una acromántula y luego con un Basilisco era desconcertante, lo dejaba hasta un poco envidioso. Ambas criaturas eran raras, la mayoría de los magos morían sin ver una en su vida.
— Eso es impresionante- comentó Tonks- serías una gran auror Hermione.
Sus mejillas podían explotar de lo rojas que estaban para este momento.
— En el libro encontré información que mejoraba más la teoría- siguió diciendo- decía que para el Basilisco era mortal el canto de los gallos. Eso explicaba las muertes de los animales de Hagrid. Y que era una criatura con la capacidad de matar solo con la mirada.
— Pero nadie murió- comentó el Sr. Weasley.
— Nadie murió porque nadie lo vió directamente a los ojos, la gata lo vió por un charco de agua que había cerca de donde la encontramos, Colin tenía su cámara, Justin lo vió a través de Nick, Nick obviamente no podía morir porque ya estaba muerto. Y yo cuando termine de leer el libro, le dije a una compañera que estaba cerca que debíamos ir con el profesor para contarle pero escuchamos un ruido. Así que utilizamos un espejo de mano que tenía ella para no mirar al Basilisco. Quedar petrificadas era mejor que morir.
Harry se sentía orgulloso al ver como la miraban a Hermione, todo el razonamiento que nadie había llegado ella lo hizo en unos pocos minutos.
— Y como el basilisco es una criatura enorme y que Harry mencionaba que la escuchaba por las paredes, pensé: seguro se mueve por las cañerías, era la única alternativa viable. Así que al ver que estaba por ser petrificada escribí "cañerías" y arranqué la hoja.
— Eso es lo que encontramos- ahora siguió Harry- cuando entendimos lo que Hermione había querido decirnos fuimos con los profesores para mencionarles todo lo que habíamos descubierto. Cuando llegamos escuchamos la noticia: Ginny había desaparecido, decían que el heredero se la había llevado. Habían encontrado un mensajo justo debajo del anterior, decía que su cuerpo yacería en la cámara por siempre.
Los Weasley recordaban el terror que habían sentido en ese momento, Charlie y Bill en cuanto recibieron la noticia habían estado preparado todo para ir hacia Hogwarts y ayudar con la búsqueda. Sirius y Tonks que eran los que no sabían la historia dirigieron la mirada hacia Ginny.
— Pero eso no tiene sentido- argumentó su padrino- ella es de sangre pura.
Harry sentía a Ginny temblar a su lado, no había forma de evitarle lo que venía. Se sobresalto al sentir que ahora la mano de Ginny era la que buscaba la suya, enlazaron sus manos con calma. Cuando levantó la vista sabía que Sirius lo había notado, pero parecía entender la situación cuando no hizo ningún movimiento como para burlarse.
— La cosa es que encontramos a Lockhart que era el "profesor a cargo" de la búsqueda ya que era el profesor de defensa, le dijimos lo que sabíamos y fuimos junto a él al baño de Myrtle para hablar con ella.
Las caras de incredulidad mostraban los pensamientos de todos, no confiaban que Lockhart sea capaz de defender a nadie.
— Cuando hablamos con Myrtle nos dijo que solo recordaba haber visto unos ojos en los lavabos antes de morir. Así que cuando nos acercamos vimos que uno tenía un pequeño dibujo de una serpiente. Habíamos encontrado la entrada de la cámara. La abrí hablando en pársel. A Lockhart tuvimos que obligarlo a entrar, y eso que él quería hechizarnos para desmemorizarnos..
— Así que así es como tenía todas esas historias- comentó Tonks con una risa irónica- se las robaba a buenos magos. Llevarlo así es más una desventaja que una ventaja.
— Así fue,- aceptó Harry – cuando estuvimos dentro de la cámara le robó la varita a Ron (que se le había roto cuando pasó lo del auto volador a principio de año), trató de hechizarnos pero se le volvió en contra.
— Escuché que sigue en San Mungo- aportó Molly, pensando en cómo solía idolatrarlo.
— Aparte de volverse en contra ocasionó una explosión que nos separó a Ron y a mí, así que él se queó detrás corriendo piedras mientras yo iba a buscar a Ginny.
A Sirius ya no le extrañaba que su ahijado terminé enfrentándose a Voldemort sólo, parecía que el destino tenía una forma interesnte de reírsele en la cara.
— Cuando llegué al centro de la cámara encontré a Ginny tendida en el piso y a Tom Ryddle, una versión borrosa, como holográfica. Él me explicó lo que había pasado, que era el pasado de Voldemort , que él era el heredero de Slytherin y que había controlado a Ginny para que haga cosas que él no podía, como abrir la cámara, despertar a la criatura, escribir los mensajes. No la manipulaba, no era conciente- tratao de defenderla- ella tenía periodos en blanco que no se acordaba que es lo que había echo.
Su familia ya sabía de esto, pero Harry trataba de que Remus, Tonks y Sirius entendieran la situación. Ella había sido solo una chica escribiendo sus sentimientos en un diario, no había sido su culpa para nada.
— Recuerdo que Ginny no despertaba, Ryddle me había sacado la varita y llamado al basilisco. Estaba perdido si no fuese por Fawkes, el fénix de Dumbledore. Él me trajo el sombrero seleccionador y atacó los ojos de la serpiente.
— ¿ Y que ibas a a hacer con el sombrero? ¿ Pedirle concejos? - preguntó Sirius nervioso, sabía que Harry se había salvado y estaba bien pero aún así era una experiencia surrealista.
— Saqué la espada de Gryffindor- explicó- y con eso fui capaz de apuñalar al basilisco por el paladar cuando intentó morderme.  Aunque llegó a clavarme un colmillo.
— Y aunque el veneno de basilisco es mortal -añadió Charlie sonriendo- tenías a mano la cura: lágrimas de fénix, tu suerte no es tan mala al final.
Harry pensó, ciertamente esa había sido una casualidad enorme que salvó su vida. Podía considerar que fue un breve lapsus de buena suerte.
— Como Ginny se seguía debilitando por el diario y Ryddle se hacía más fuerte, tomé el colmillo y apuñala el diario con él. Ginny recuperó la conciencia entonces.
Ella le dio un apretón, todavía se acordaba de despertarse en la cámara y ver a Harry muriendo. Se estremeció.
— Recién ahí Fawkes me curó y pudimos volver con Ron para salir.
Sirius se sentía orgulloso,  no tenía palabras que exprese la magnitud de sus sentimientos. Su ahijado había enfrentado a Voldemort por segunda vez y salido victorioso.
— Después creó que nada más paso, fuimos con Dumbledore, nos encontramos con los Weasley y les contamos lo que había pasado. Unos días después todos fueron despetrificados.
— Te olvidas de algo- dijo Hermione con una gran sonrisa- liberaste a Dobby.
Oh, se había olvidado de su pequeña artimaña.
— Es verdad descubrí que el diario era de Malfoy y que él se lo había puesto en el caldero de Ginny a principio de año cuando nos encontramos en la libreria. Dobby era su elfo doméstico y como sabía lo que planeaba fue advertirme
Bueno,  aún así sus formas de salvarlo no fueron muy buenas,  pensó Sirius.
— Así que cuando apareció con Dobby en la oficina del director le devolví el diario con una media adentro. Él la tiró y Dobby la atrapó. Era lo menos que podía hacer por él...
— Eres un buen chico Harry cielo- comentó la Sra. Weasley sirviéndome más comida en su plato- ahora come que por hablar no comiste nada.
Harry sonrió mientras daba un bocado, por lo menos se habían salvado de los castigos por ahora.

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