Eran principios de agosto,
Harry ya contaba los días que faltaban para poder regresar a Hogwarts
para empezar su cuarto año. En eso Harry era un chico fuera de los común, mas
fuera de lo común de lo que ya por si era el ser un mago con catorce años
recién cumplidos, si no porque lo que más deseaba era comenzar las clases. No
es que le gustase ir a clases ni hacer tareas ni nada de eso (para eso ya
estaba su mejor amiga Hermione), es que Hogwarts era su hogar. Más hogar de lo
que jamás sería Privet Drive, lugar donde se encontraba en este momento, teniendo
como única compañía a su lechuza Hedwig , ya que los Dursley no eran ni eso.
Harry se encontraba haciendo los deberes del colegio
aprovechando que ya anochecía y faltaba para que lo llamen a poner la mesa.
Últimamente contaba con más libertades que en sus años anteriores debido a la
amenaza implícita que generaba en sus tíos la nueva presencia en su vida de su
padrino Sirius que el año pasado se había fugado de la prisión mágica (Harry no
se tomó la molestia de aclarar su inocencia).
Un llamado lo interrumpió justo cuando iba justo en medio de
su redacción de Historia de la Magia con otro de los tantos levantamientos de
duendes, que siendo sinceros a Harry ya se les mezclaban los años y los nombres
de los revolucionarios.
—
¡Ey! ¡Baja ahora!- era su tío, él solo utilizaba
su nombre en casos sumamente extraños, al estar en presencia de personas ajenas
a la familia o cuando quería algo de Harry.
Harry dejó sus cosas sobre el escritorio, guardo su pluma, y
luego de salir de la habitación bajo lentamente por la escalera, esperando
cabrear más a su tío.
—
¡Rápido muchacho!
Su voz sonaba desde la sala de estar así que Harry se
dirigió hacia allí.
—
¿Qué suce…
Dumbledore se encontraba sentado en uno de los sillones, era
una escena surrealista, de pasar a un entorno completamente muggle a tener al
más grande de todos los magos en su sala de estar.
—
Hola Harry, - mencionó mirándolo fijamente desde
detrás de las gafas de media luna- perdona por haber venido sin avisar pero es
que tenía que encargarme de un par de asuntos antes de venir a buscarte, aunque
no creo que cambie en algo la hospitalidad de tus tíos, pero tendría que
haberte mandado por lo menos una lechuza.
Harry que había
quedado impactado con todo el asunto de pronto puso una expresión más seria,
pensando en su padrino y que lo pudieron haber capturado.
— ¿Buscarme
señor? ¿Pasó algo malo?- tomando un tono serio en su voz.
—
Por el contrario Harry, te voy a llevar a ver a
tu padrino ¿Quieres verlo no?- al escuchar esa frase Harry relajo un poco más
el cuerpo, Sirius estaba bien- Y también verás a los Wesley que seguro también
tienen ganas de verte. Te lo explicaré más tarde cuando tenga tiempo ahora
venga, puedes armar tu valija, está van a ser las vacaciones más cortas en la
casa de tus tíos, espero que a ellos no les importe que les robe tu tiempo.- la
última parte lo mencionó sonriendo al panorama que generaban sus tíos y su
primo que estaban contra la esquina del salón tratándose de mezclar con la pared.
Cosa demasiado difícil si se cuenta que entre su tío y su primo tenían un
volumen y peso comparables con el de un elefante bebé. Aún así Harry recién se
había dado cuenta de su presencia, digamos que la presencia de Dumbledore ya
era bastante abrumadora.
Harry en cuanto pudo poner sus cosas en claro quedó en que:
Uno, Dumbledore había venido a buscarlo; dos, lo iba a llevar con Sirius y los
Weasley (aunque no entendía porque la decisión ya que de la familia solo Ron
sabía sobre la inocencia del mismo); tres y último, no tenía que pasar lo que
quedaba de vacaciones con los Dursley. Así que teniendo en cuenta sus prioridades primero se iba y luego
preguntaba. Mencionó un rápido <Ya vengo> y salió corriendo hacía su habitación donde
comenzó a colocar todas sus cosas en el baúl que se encontraba abierto a los
pies de la cama. En tiempo record ya estaba bajando todas sus pertenencias por
la escalera mientras Hedwig lo miraba con cierto reproche por haberla encerrado
justo cuando era su hora de salir.
—
Profesor ya estoy listo, ¿Nos vamos?- entró al
salón arrastrando sus cosas.
Dumbledore se levanto solemnemente de donde se encontraba
dirigió un asentimiento hacía Harry y volteo hacia los Dursley que seguían
agazapados junto a la pared.
—
Perdonen mi intromisión, y lamento no poderme
quedar a tomar un té con ustedes para hablarle de los progresos de Harry que
seguro tendrán ansias de escuchar pero en este momento tengo asuntos urgentes
que atender. Así que me despido.
Y así salió por delante de Harry hacia la salida del número
4 de Privet Drive. Harry que se había quedado prendado por lo dicho por el
profesor tratando de pensar si lo estaba diciendo enserio o por el contrario
estaba siendo sarcástico. Cuando vio que Dumbledore ya había salido
completamente reacciono y atinó a seguirlo, sin siquiera voltear a ver a sus
parientes.
Tenía tantas preguntas que hacerle mientras caminaban y aún
así le resultaba raro tenerlo parado caminando a su lado como una persona más.
Cuando ya se habían alejado lo suficiente el director frenó y utilizando un
extraño artilugio apagó las luces de la cuadra, quedando a merced de la ahora
si cerrada noche.
—
¿Y eso, profesor?- comentó Harry hablando por
primera vez y rompiendo el silencio reinante mientras señalaba el apagador.
—
Esto Harry, es un invento mío hay solo uno en el
mundo, es la segunda vez que lo utilizo en este lugar ahora que lo pienso, pero
bueno, ahora toma mi brazo y no te
sueltes, cuando estemos en un lugar seguro te explicaré todo.
Si Harry pensó que la situación no se podía poner más
extraña se equivoco, al escuchar las palabras del profesor y ver el brazo que
le tendía corroboró que era la noche más extraña de su vida. Lo tomo con una
mano dudando pero aún así fuertemente, y se sorprendió (más no se soltó) cuando
sintió como si un gancho lo agarrara del centro del estómago y lo hiciera girar
sobre sí mismo. En un parpadeo ya se encontraba en otro lugar, frente a una
puerta, vieja y negra, pero no pudo ver mucho más antes que el mareo lo hiciera
inclinarse y sujetarse a sus rodillas inclinando levemente el cuerpo.
—
Me imagino que es tu primera aparición,- Harry
lo escuchaba pero no le salían las palabras para contestarle aunque poco a poco
el mareo iba cediendo.- Uno se termina acostumbrando, hubiéramos venido de este
modo pero así me pareció mucho más rápido. – mientras hablaba el director
tocaba la puerta con su varita.- Vamos Harry hablemos adentro aunque te
aconsejaría que esperes hasta llegar al salón.- Y abriendo la puerta ahora si
completamente, luego de una serie de chasquidos, entro en el lugar. Harry
reponiéndose de inmediato para así no quedar como débil enfrente del director
pasó tras él.
Se encontraba en un vestíbulo, lo primero que detecto fue el
olor a cerrado y como la puerta se cerraba detrás de él. Por delante solo había
oscuridad, siguiendo a Dumbledore que iba derecho pasando unas escaleras
ayudándose con un Lumos se dirigió hacía una puerta que estaba entornada y por
donde se veía un resquicio de luz. Harry al pasar por las escaleras dejo su
baúl con sus demás cosas. Luego se apresuro a llegar a donde estaba
Dumbledore, era una habitación, parecía
un comedor ya que estaba la mesa con varias sillas alrededor, Harry no pudo
apreciarlo demasiado antes de sentir como estiraban de él hacia un abrazo. Era
la señora Weasley. No pudo terminar de corresponder cuando un segundo abrazo lo
hizo tambalear.
— Hola Harry, tanto tiempo ¿Eh?- Y ahí estaba, la
voz de su padrino saludándolo.
Harry se separo levemente de él y tomando por el rabillo del
ojo las imágenes de Ron y Hermione detrás. No pudo evitar que una sonrisa se le
expandiera por la cara.
—
No entiendo ¿Qué sucede? ¿Dónde estamos?- las
preguntas se le agolpaban en la cabeza mientras seguía viendo a las otras
personas que se encontraban en la habitación. El señor y la señora Weasley, los
gemelos Fred y George, Ginny, el profesor Lupin, la profesora McGonagall, una
chica que tenía el pelo rosa que lo miraba con una gran sonrisa y que al
moverse para verlo tiro unas revistas que se encontraban en una mesita, dos
chicos de pelo rojo, uno lo llevaba largo y recogido en una colita y el otro
tenía la piel bronceada, no tardo mucho en suponer quienes eran: Bill y Charlie
los hermanos Weasley que le faltaba conocer.
Al escuchar la pregunta de Harry la cara de Sirius cambió
por un momento como si le estuvieran recordando algo desagradable.
—
Era mi casa, Dumbledore se contactó conmigo hace
una semana para avisarme que debíamos reunirnos
yo le ofrecí este lugar. Ponerla así como está hubiese tomado meses pero
digamos que el director parece que tenía prisa, él personalmente se encargo de
todos los hechizos de protección y mando una horda de elfos domésticos para que
la pongan en condiciones. Probablemente fue un récord hacerla habitable en tan
poco tiempo.- Harry veía que mientras Sirius hablaba miraba a Dumbledore como
si él también buscara respuestas.
El director que se había quedado escuchando y viendo el
recibimiento no tardo en adelantarse y
sentarse en la cabecera de la mesa haciéndoles un gesto a los demás para que
tomaran asiento también. Harry al estar cerca del director, quedó entres este y
Sirius que se había sentado a su lado y al frente podía ver al profesor Lupin
que lo miraba con una sonrisa. Harry que aún no podía borrar la suya propia le
correspondió con un asentimiento.
—
Bueno,- dijo Dumbledore rompiendo el silencio
luego de que todos habían tomado asiento.- todos se preguntaran que es lo que
estamos haciendo aquí. Perdonen que solo les haya dicho que nos teníamos que
juntar y a otros también les explique la presencia de Sirius en este lugar.-
añadió mirando a los señores Weasley- Es
que prefería tenerlos a todos juntos cuando se los explicara. Miren ayer estaba
en mi despacho junto a Severus que justo había venido a comentarme sobre unos
asuntos cuando aparecieron unos libros sobre mi escritorio como por arte de
magia.- todos se mantuvieron en silencio mirando al profesor incrédulos, Harry
veía a Hermione que abría y cerraba a boca como aguantándose las ganas de
comentar seguramente algo con que en Una Historia de Hogwarts nunca se escribió
nada sobre objetos que pueden aparecerse dentro o alguna cosa por el estilo,
hasta podía escuchar los engranajes del cerebro que iban a alta velocidad.-
Obviamente como seguramente saben no pueden aparecer cosas de la nada y menos
dentro del castillo por lo que luego de asegurar que no portaban ningún hechizo
peligroso me puse a inspeccionarlos comenzando por una carta que estaba encima
de ellos. – el profesor hizo una pausa y miró a todos uno por uno desde detrás
de las gafas.- En esta misma decía que los libros eran como una biografía que
contaba año por año la lucha contra Voldemort – paso por arriba de los
escalofrío que le recorrieron a la mayoría de las personas sentadas en la mesa,
mientras Harry rodaba los ojos.- y que nos dice las claves para derrotarlo.
—
Pero profesor,- interrumpió Harry que no había podido
mantenerse callado por más tiempo.- si
nos dice las claves para derrotarlo, ¿Porque el escritor de los libros no lo
derroto antes que desapareciera si ya sabía cómo hacerlo?
—
Bueno, Harry, es que estos libro no es de hace
tiempo sino que son del futuro.
Ante estas últimas palabras todos mantuvieron silencio,
definitivamente a Dumbledore se le había ido la olla completamente.
—
¿Y como hicieron para mandar estos libros al
pasado?- comentó de forma escéptica el profesor Lupin.- Los giratiempos son la
única forma de alterar el tiempo y solo pueden volver poco tiempo atrás, y si
es como usted dijo los libros cuentan una lucha de años, por lo tanto es un
tiempo mucho más avanzado que el nuestro.
Hermione asentía a
todo lo dicho por el profesor como si estuviesen de nuevo en sus clases de
DCAO. Y McGonagall como si estuviese por felicitar otorgándole puntos para su
casa.
—
Exacto Remus, lo mismo pensé en ese momento yo,
pero en la carta venía una explicación sobre portales temporales (una teoría
muy hablada pero que nadie pudo llevar a cabo) y aún así yo no lo hubiese
creído de no ser porque venía detallado el procedimiento realizado. Obviamente
al mandar estos libros al pasado cambiarían el futuro y por lo tanto los libros
en el futuro no serían enviados, por lo tanto, alguien encontró una posibilidad
para que el futuro que nos los envió no sea alterado, si no que se crearía un
futuro paralelo. – dando una fugaz
mirada hacia Hermione y esbozando una leve sonrisa- Ellos no ganan nada pero
aún así creen que las cosas pueden ser mejores. Aparte tenía información que
solo yo sé para comprobar la autenticidad de la misma.
—
Entonces, ¿Vamos a leer esos libros Dumbledore?
Ante una cosa así, ¿No deberíamos llamar a la orden como en los viejos
tiempos?- habló por primera vez la señora Weasley.
Harry se extraño, ¿La orden? ¿Y porque ellos tendrían que
hacerse cargo?
—
Si, deberíamos, pero en la carta tenía una serie
de instrucciones para poder leerlos y entre ellos estaba que las páginas iban a
estar en blanco hasta que solo personas de máxima confianza (y tenía una lista
de las mismas) estén para escuchar. Yo tampoco estoy contento con que menores
tengan que involucrarse pero necesitamos que estén presentes Molly. – y la
observó con sus ojos de rayo x como transmitiéndole que sus objeciones no iban
a ser escuchadas.
La señora Weasley no comentó nada al respecto pero aún así
señaló con sus ojos a su hija menor, Ginny, que recién estaba por comenzar
segundo año.
—
Si Molly, ella también.- contestó a su muda
pregunta- estuve tratando revelar lo que dicen los libros pero aún así no pude,
por eso me puse en contacto con Sirius para poder reunirnos en un lugar seguro
para todos. Aún así es mejor que vayamos todos a descansar, los elfos pudieron
arreglar varias habitaciones y deshacer los diferentes hechizos comunes en las
casas de sangre pura como para que puedan acomodarse todo y mañana sí comenzar
con la lectura.
Todos hicieron un leve asentimiento, aun shockeados con toda
la información recibida. Harry salió de su aletargamiento cuando Sirius pasó su
brazo por encima de sus hombros, al levantar la cabeza se dio cuenta que el
director ya no estaba.
—
¿Y qué dices Harry? Molly preparó una deliciosa
cena para todos hoy, ¿No te apetece?
—
Si, Harry, cielo, ya te traigo todo a la mesa,
ustedes chicos- agregó mirando a sus hijos y a Hermione- vayan a preparar sus
cuartos y tú Ron lleva el baúl de Harry a la pieza donde van a dormir.
A Harry no le dio tiempo ni de discutir para llevar él el
baúl cuando al frente suyo aparecieron montones de platos con comida. No se
había dado cuenta del hambre que tenía hasta que la olió. La comida de la
señora Weasley era siempre riquísima. Podía escuchar a lo lejos como Bill y
Charle hablaban sobre unos nuevos dragones que recibió este último hace poco
mientras salían hacía el vestíbulo para subir por las escaleras.
Cuando Harry subió acompañado de Sirius que le mostraba las
diferentes habitaciones no pudo evitar ver la peculiar decoración que tenía la
casa (serpientes, mucho verde) y cuando se lo comentó a Sirius pudo ver de
nuevo algo que le ensombrecía el rostro,
como cuando te tocan uno de los peores sabores en las grageas. Ahí es
cuando le contó como era su familia, todos Slytherin, y como él quiso cambiar
con esa tradición. Cuando llegaron a la puerta donde iba a dormir con Ron, su
padrino le dijo que seguirían hablando luego y le mostraría el árbol genealógico
de una de las habitaciones.
Harry entró al cuarto y se encontró con Ron sentado sobre
una de las camas, en la otra ya se encontraba el baúl a sus pies. Sin perder
más tiempo saltó a su cama y comenzaron a hablar sobre todo lo ocurrido. Harry
le contó cómo lo fue a buscar Dumbledore y Ron contó también como se presentó a
su casa para hablar con sus padres, le comentó que Percy no había podido venir
porque estaba inmerso en su trabajo en el Ministerio, que Bill y Charlie
llegaron enseguida cuando Molly les aviso que Dumbledore quería hablar con
todos y cómo junto al señor Weasley habían ido a por Hermione.
Cuando empezaron a cortar las
frases por culpa de los bostezos se dieron por vencidos y se acostaron a
dormir. Harry no podía dejar de pensar sobre todo, libros, futuro, Dumbledore
apareciéndose en Privet Drive, pensó que no iba a poder dormir pero en cuanto
no se dio cuenta ya había cerrado los ojos y caído rendido a los sueños.
El desayuno al día siguiente pasó sin sobresaltos (los
mínimos que se pueden tener teniendo a los gemelos Wesley en la mesa) hasta que
llegó Dumbledore junto a el profesor Snape. Harry al verlo casi escupe el
pedazo de tarta que estaba comiendo en ese momento, aunque sea fue casi, no
como Sirius que la escupió completamente, ahogándose con una parte.
—
¿Qué hace él aquí?
Remus que estaba igual de asombrado pero que no transmitía
nada de desprecio hacia el profesor de pociones, ayudaba a Sirius golpeándole
la espalda.
—
Obviamente estoy por órdenes de Dumbedore, o te
aseguro- mencionó arrastrando la voz Snape- este sería el último lugar que
pisaría.
Cuando las miradas se intensificaron, el director se removió
tomando un hombro de Snape y habló dirigiéndose a todos.
—
Creo que ya aclare que los libros venían con una
lista con las personas que tenían que estar obligatoriamente en la lectura, es
por eso que el profesor Snape está aquí, pero bueno, no perdamos tiempo
¿Empezamos a leer? Podríamos pasar a la sala y sentarnos en los sillones.
Y caminando hacía una de las puertas del comedor
desapareció, Harry no tardó en ponerse de pie y seguirlo junto con los demás,
estaba demasiado ansioso, aún así ni la presencia de Snape podía amargarlo,
sonreía mientras escuchaba mascullar a Sirius detrás suyo.
Al entrar en la sala (que Harry no había podido visitar
hasta entonces se encontró con otra habitación también enfundada en colores
esmeralda y plateado, con tres sillones de tres cuerpos que rodeaban la
chimenea teniendo en medio una mesita circular, pudo observar que arriba de
esta ya estaban unos cuantos libros apilados. Se dirigió junto a Hermione y Ron
a uno de los sillones de los costados sentándose él en medio de los dos, al que
se añadió Ginny porque sobraba lugar sentándose junto a Ron. En el del centro
ya se encontraban los tres profesores sentados como si estuviesen en el gran
comedor (le resultaba igual de raro ver a McGonagall y a Snape fuera del
colegio como le había resultado raro verlo a Dumbledore). Los señores Weasley se
sentaron junto con Bill en otro. Dumbledore que había reparado en la falta de
asientos agregó dos más de tres cuerpos cerrando apretadamente el círculo.
Quedaba claro que si alguien quería utilizar la red Flú iba a tener que saltar
sobre alguno de ellos. Por suerte la sala era lo bastante amplia para que cinco
sillones de tres entren, Harry pensaba que en Privet Drive no habrían cabido ni
dos de estos. En el sillón de junto al que estaba sentado Harry se sentaron
Sirius junto a Remus y Tonks. Dejando el último para los gemelos Weasley y
Charlie.
Dumbledore que había estado esperando que todos se terminen
de acomodar carraspeo y agarró el primer libro de la fila, lo único que se veía
de él era una cubierta negra de cuero.
—
Este libro supuestamente es de este año, ósea lo
que va a transcurrir los meses siguientes. Creo que tendríamos que comenzar
rápido con la lectura para que no transcurra nada que podamos evitar. Las palabras irán apareciendo mientras se lean en voz alta con la presencia
de todos. Bueno, sin más que decir yo comienzo.- Y cuando abrió el libro en su
regazo Harry pudo observar como unas letras negras aparecían aunque no podía
llegar a leerlas. Lo único que escucho fue un ruido proveniente de Snape como
si algo le desagradara completamente.
—
Bueno, el título del libro es Harry Potter y el cáliz del fuego.
OI sou do Brasil. Amo esse tipo de fanfiction. E um prazer quando encontro uma tão bem escrita, Vou torcer para você conseguir escrever todos os livros.
ResponderEliminarGracias! Yo también lo espero, ahí subí unos pares más. Ando atrasada por la Universidad, pero no lo voy a dejar. Saludos a Brasil desde Argentina!!
Eliminar